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La dirigencia de Quilmes oficializó el pedido de jugar sus partidos como local en el Polideportivo Islas Malvinas.

Las razones que impulsaron a los dirigentes “Cerveceros” a abandonar el mítico Estadio Once Unidos fueron: las reiteradas quejas de los vecinos de Parque Luro por ruidos molestos, las constantes exigencias del famoso CoProSeDe y la incomodidad que genera en el público “Tricolor” la poca capacidad para albergar una instancia decisiva (un ejemplo claro es lo sucedido hace poco tiempo en las finales del TNA).

Fueron varias las veces que Quilmes amagó con pasar al Polideportivo pero algunos intentos fueron truncados por sí mismo (como en la temporada 96/97 cuando jugó solo 11 partidos de local allí) y otras tantas por la negativa del EMDER argumentando que no había posibilidades físicas de compartir el Polideportivo en virtud de la gran demanda de espectáculos que allí se suceden. Hoy la situación parece muy distinta y hay grandes posibilidades de que se de una convivencia.

El mayor inconveniente que presenta esta localía compartida es que Peñarol y Quilmes deberán pintar y despintar el piso de la cancha en cada partido, teniendo en cuenta los diferentes sponsors que solventan cada una de sus campañas. El gasto que originaría la movida asciende a 100 mil pesos por temporada, un costo que los dirigentes “Milrayitas” no están dispuestos a pagar.

La noticia recién comenzó a correr y no sabemos cuál va a ser la reacción de la afición “Quilmeña”, ya que, es difícil abandonar un lugar en el que se sintió cobijado durante la mayor parte de su historia liguera. Los de Luro y Guido se hicieron muy fuertes en casa y los jugadores sentían el empuje de su reconocida hinchada. Además a ningún equipo le gustaba ir a Once Unidos, debido a que, la gente los hacía sentir como verdaderos visitantes.

Por Pablo Ariel Lemos